sábado, 18 de febrero de 2012

Recuerdos de Verdelpino: Homenaje a un pueblo...

"El camino sube o baja según se va o se viene. Para el que viene, sube; para el que va, baja. Ver subir y bajar en el horizonte con el viento que mueve los olivos, el rizar de la tarde con una lluvia de triples rizos. Y más allá, una línea de montañas. Y todavía más adelante, la más remota lejanía.

El pueblo está lleno de ecos. Tal parece que estuvieran encerrados en el hueco de las paredes o debajo de las piedras. Cuando caminas, sientes que te van pisando los pasos. Oyes crujidos. Risas. Unas risas ya muy viejas, como cansadas de reir. Y voces ya desgastadas por el uso.

Mi pueblo, levantado sobre el monte. Con sus casas, como cofres donde hemos guardado nuestros recuerdos. Sentirás que allí uno quisiera vivir para la eternidad. El amanecer, la mañana, el mediodía y la noche, siempre los mismos, pero con la diferencia del aire.

Allí donde el aire cambia el color de las cosas; donde se ventila la vida como si fuera un murmullo; como si fuera un puro murmullo de la vida..."

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